Cada vez parece moverse todo a más velocidad, el día a día, el trabajo, la vida personal, … Por ello es fácil que nos pasen por alto pequeños detalles en cosas de la rutina diaria. A veces, un descuido, no representa mayor inconveniente, pero existen algunas equivocaciones, que por pequeñas que parezcan pueden llegar a provocar problemas más serios. Por ejemplo, tener un coche de Gasolina y al ir a repostar echarle diésel.

Si es tu caso, en este post, trataremos de ayudarte para que este descuido se quede en una anécdota.

Es uno de los errores más comunes entre los conductores, sobre todo hace un tiempo atrás, cuando la boca de las mangueras y el tamaño de los depósitos de gasolina y diésel eran muy parecidos. Actualmente, es difícil que esto ocurra, ya que, con el objetivo de distinguir ambos tipos de carburantes, las estaciones de servicio y los coches más actuales han incorporado elementos para reducir este descuido: el ancho de la entrada del depósito son distintos en gasolina y diésel y la boca de las mangueras también.

De todas formas, si por cualquier motivo, has tenido una incidencia con ello, te explicamos qué puedes hacer para minimizar el problema.

Debes saber que un motor de Gasolina funciona de manera distinta a uno de diésel, por ello, para que funcionen, precisan diferentes tipos de combustible. Un error de este tipo podría afectar a la mecánica del vehículo. En este caso podemos encontrarnos con dos escenarios distintos: darnos cuenta de la incidencia antes de haber arrancado el coche o con el coche ya en funcionamiento.

Bien, en caso de haberle echado gasolina en un coche diésel, lo mejor es que no arranques el coche, ya que las consecuencias van en aumento en función del tiempo que esté circulando.

Una vez hayas detectado el error, no muevas el coche, ni introduzcas la llave para evitar que llegue a la bomba del motor el carburante equivocado.

Avisa a los empleados de la estación para que tomen precauciones en la gasolinera o te ayuden a mover el vehículo, sin arrancar, a un lugar donde no moleste. Llama al servicio de asistencia en carretera e informales de lo sucedido para que una grúa se lleve tu coche al taller mecánico.

Nunca intentes vaciar el depósito por tu cuenta, ya que podrías ocasionar averías en el sistema de alimentación del vehículo.

Una vez, llegues al taller, tratarán de vaciar todo el depósito y lo que pueda quedar de gasolina, así como limpiar y cambiar el filtro y finalmente, verificar que la bomba no se haya visto afectada.

Si te has dado cuenta tarde y el coche ha empezado a circular, este empezará a emitir ruidos extraños, hasta que finalmente se detenga solo. Probablemente, entonces, los daños sean mayores según el tiempo y la distancia que haya recorrido el auto. Seguramente se haya dañado el filtro o la bomba de inyección del motor diésel.

En este caso, al igual que en el anterior, es necesario detener el vehículo y llamar al servicio de asistencia en carretera para que una grúa recoja el auto y lo lleve a un taller.

El taller debe limpiar el depósito y utilizar productos especiales para limpiar todas las partes por las que haya podido circular la gasolina: bomba de inyección, el filtro de gasoil,…

En el caso de la bomba de inyección, aunque se limpie y vacíe, puede tener daños irreversibles, por lo que, lo más recomendable es sustituirla por una bomba nueva.

Por suerte, como hemos indicado al inicio de este artículo, este tipo de incidencias cada vez son menos frecuentes gracias a los cambios en el tamaño de las boquillas de la manguera y de la entrada del depósito de combustible del vehículo.

Aun así, debemos tener especial cuidado a la hora de repostar, ya que este tipo de acciones pueden ocasionar gastos bastante altos.