¿Es del todo correcto desconectar nuestros sistemas de calefacción y no volver a saber de ellos hasta otoño?
El sistema de calefacción necesita cuidados y mantenimiento
En primer lugar hay que tener en cuenta que un sistema de calefacción, necesita (como toda maquinaria) cuidados y mantenimiento. En segundo lugar, hay que tener claro que la mayoría de máquinas que permanecen paradas durante un periodo de tiempo prolongado, están sujetas a pequeños desajustes causados por la inactividad.
Es cierto (en el caso de las calderas) que durante los meses cálidos no se detienen del todo para suministrar agua caliente. Pero toda la parte correspondiente a la calefacción si permanece detenida.
Y es entonces, al llegar el invierno, cuando reiniciamos la calefacción nos podemos encontrar con sorpresas. Pequeñas obstrucciones, mensajes de error, quemadores que no funcionan bien o sencillamente con una caldera que se apaga “sin mayor explicación”.
Para evitar todo eso, basta con poner el selector de la caldera en modo invierno, programarla a 30º y encender la calefacción 2 minutos al mes. Si el termostato está en una sala donde la temperatura ambiente es superior a la programada, la caldera no se encenderá y por consiguiente deberemos esperar a que esté por debajo de dicha temperatura (por ejemplo por la noche). Podemos falsear la lectura (si el termostato es inalámbrico) colocándolo por unos segundos frente a un aire acondicionado o dentro de la nevera.
Con ello nos aseguraremos de que todo el sistema se pone en marcha y funciona correctamente. Evitaremos que el agua que hay en el sistema permanezca estancada y evitaremos la acumulación de incrustaciones de cal en zonas sensibles. Como por ejemplo: en la válvula de 3 vías, en los reguladores de temperatura o en la bomba de recirculación.
Por otro lado también será recomendable abrir todos los reguladores de los radiadores para que el agua recircule libremente y si se considera oportuno, realizar la purga de estos para eliminar el aire residual.
Así que ya sabéis, basta con realizar estas pequeñas acciones para ahorrarnos dolores de cabeza en el futuro y mantener nuestra calefacción en buen estado. ¡Sin olvidar por supuesto las revisiones anuales!